Si te apasiona el aprendizaje de idiomas, seguramente tienes como meta aprender más de una lengua extranjera. Y quizá, quieres comenzar cuanto antes.
Si aprender más de un idioma a la vez te interesa, sigue leyendo.
Antes de empezar, hazte estas preguntas:
¿Te importa progresar de manera lenta?
Estudiar más idiomas significa que tu enfoque está en todas partes porque si te enfocas en uno y olvidas otro, ese se “oxidará” y volverás al punto de partida. Cuantos más idiomas aprendas, más lento será tu progreso.
¿Estudiarías la misma cantidad de tiempo?
Debes asegurarte de que durante un tiempo, hasta que estén lo suficientemente avanzados, pases la misma cantidad de tiempo estudiando. No puedes concentrarte en sueco 3 meses y 2 días en coreano y luego preguntarte por qué no progresas tan rápido.
¿Puede esperar?
Algunas personas simplemente saltan de un idioma a otro y comienzan a estudiar nuevos idiomas todos los días. Si ya comenzaste con 2 idiomas y te gusta el tercero, pregúntate si no puede esperar un poco; hasta que avances un poco más.
Si ya te decidiste, te dejamos estos consejos:
1: Planifica
Decide cuánto tiempo puedes dedicar al día (o a la semana) estudiando, luego resta algo como el 5% para permitir un descanso. Si alcanzas tu objetivo y decides dedicar más tiempo a estudiar, te sentirás más productivo.
Algo muy importante para tener éxito con tu objetivo, será tu organización. Para evitar “mezclar” idiomas, debes ayudarle a tu cerebro: haz un plan que delimite el tiempo que le dedicarás al estudio de cada idioma. Puedes incluso especificar un poco más y definir qué tema estudiar por idioma.
Por ejemplo, este era mi horario cuando estaba estudiando alemán e italiano:
Día | Alemán | Italiano |
lunes | gramática: 1 hora | comprensión auditiva: 1 hora |
martes | vocabulario: 2 horas | |
miércoles | vocabulario: 2 horas | |
jueves | comprensión auditiva: 1 hora | gramática: 1 hora |
viernes | leer y escribir: 2 horas | |
sábado | leer y escribir: 2 horas | |
domingo | gramática: 1 hora | gramática: 1 hora |
Si apenas vas comenzando, intenta estudiar el lenguaje X por la tarde y el lenguaje Y por la mañana; no cambies su orden, a menos que estés lo suficientemente avanzado como para que tu cerebro no los mezcle.
2: Prioriza.
Al iniciar, te recomiendo establecer un idioma “prioritario”. A este idioma, le dedicarás más tiempo y esfuerzo que al otro.
Establecer un idioma de prioridad es una forma eficaz de minimizar el factor de confusión; y progresar más rápidamente en uno de los dos idiomas en los que estás trabajando ayudará a evitar la sensación de correr en círculos que ocasionalmente puede afectar a los estudiantes de dos idiomas a la vez.
¿Cómo elegir el idioma prioritario? Personalmente, le dedico más tiempo al idioma más complejo. Retomando mi ejemplo de alemán e italiano, le dediqué muchas más horas al alemán. El italiano, al ser tan parecido al español y al latín que ya domino, me era muy fácil de comprender y simplemente no necesitaba tantas horas de estudio para llegar a un nivel avanzado. El alemán, con su gramática y pronunciación, fue otra historia.
3: Practica con ambos idiomas.
Cuando llegues al punto de entender algunas frases básicas, es momento de practicar con ambos idiomas. Esto te asegurará que estás aprendiendo ambos y no solo estudiando y olvidando.
¿A qué me refiero? Pues a estudiar un idioma desde el otro idioma. Por ejemplo, yo traducía canciones del italiano al alemán y viceversa. O buscaba explicaciones gramaticales del alemán en italiano. Me hacía exámenes haciéndome preguntas en italiano y contestando en alemán, esto también me ayudó bastante a comenzar a pensar en estos idiomas.
4: Elige idiomas diferentes.
Elige idiomas que no se impongan entre sí. Para algunos, podrán lograr aprender francés y catalán al mismo tiempo, pero para la mayoría de las personas esto será ridículamente confuso y contraproducente. Pero … ¿por qué?
Verás, los idiomas tienen “familias” y “familiares”. Tomemos el caso del francés y el catalán, ambos pertenecen a la familia de lenguas “romance” y tienen un ancestro en común: el latín. A esta misma familia, pertenecen el italiano, portugués, rumano y el español (entre otros). Al ser “familiares”, tienen similitudes que causarán que tu cerebro los mezcle y confunda entre sí, en un intento por simplificar las cosas. Mientras más distantes las familias de los idiomas que eliges, más marcada será la diferencia para tu cerebro.
Guarda el catalán para una fecha posterior y reemplázalo con coreano, por ejemplo, y es posible que tengas más éxito en tu aprendizaje.
5: Elige buenos recursos.
La presión de tiempo a la que estarás sometido significa que debes prestar atención a los recursos que eliges para aprender y practicar. Selecciona cuidadosamente los recursos alineados con tu método de aprendizaje y tus objetivos de aprendizaje.
Te dejamos un ejemplo usando los cursos que ofrecemos en Jazyk, úsalo como guía para elegir correctamente:
- Contenido: puedes ver el título de todas las Unidades en la página de cada curso. Esto te da una idea de que tan completo es un curso.
- Tipo de material: los cursos incluyen texto para explicaciones de gramática, audios, audiolibros, libros para lectura, cuestionarios y ejercicios.
- Nivel: cada curso cubre el nivel básico e intermedio del idioma.
- Objetivo: creamos cada curso con el objetivo de que el estudiante pueda usar el idioma en un entorno personal, académico y profesional al terminar el curso.
6: Encuentra lo que funciona para ti.
Este definitivamente está estrechamente relacionado con el último punto y tendrás que experimentar un poco para ver qué funciona mejor para ti. Por ejemplo, para algunos, ver películas para practicar y aprender vocabulario, es una excelente idea; para otros, puede resultar desesperante no entender qué está sucediendo.
Experimenta. La forma en que divides el tiempo de estudio asignado entre los dos idiomas es algo que se puede modificar: a algunas personas les gusta dividirlo en 50/50, cambiando entre sus dos idiomas cada pocos días o haciendo uno una semana y otro la siguiente. Otros prefieren tener un idioma principal en una proporción de 80/20 durante un largo período de tiempo y luego cambiar.
No caigas en una rutina que no te agrada y que cumples por obligación, esto causará frustración y posiblemente desinterés en el aprendizaje. Modifica tu plan de estudios, pausa un idioma, usa nuevos recursos.
Es importante prestar atención a tu motivación. Si sientes que ha decaído, cambiar tu rutina puede hacer que las cosas se sientan nuevas e interesantes, lo que te sacará de cualquier estancamiento que puedas enfrentar.

¿Estás listo para ser políglota?
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